Este puente he ido a ver dos películas: “Cassandra’s dream”, la última de Woody Allen y “Promesas del este”, de David Cronenberg.
Veamos el argumento de la primera: dos hermanos londinenses de clase media – Ewan McGregor y Collin Farell, modernas reencarnaciones de Caín y Abel– están desesperados –uno por satisfacer sus ambiciosos proyectos inmobiliarios y otro acuciado por las deudas de juego– por conseguir el dinero que les promete su tío rico a cambio de realizar un sucio trabajo. A partir de ese momento las dudas y el remordimiento atormentarán a los hermanos.
Si bien el ambiente (Londres) y los protagonistas (trabajadores de clase media) no son usuales en la obra de Woody Allen, sí lo es el contenido de la película: el sentimiento de culpa provocado por la realización (o mera posibilidad de realización) de un proyecto reprobable moralmente. Éste es el sustrato de “Delitos y faltas” (un exitoso dentista planea asesinar a su amante para mantener su reputación familiar y profesional) y la más reciente “Match Point” (un ambicioso joven planea lo mismo para triunfar socialmente). Ambas son estupendas películas (especialmente la primera): serias actualizaciones del argumento de “Crimen y Castigo” de Dostoievski, tamizadas por el omnipresente sentido de culpabilidad del judaísmo.
Pues bien, la nueva película del neoyorquino abunda en los mismos temas sin aportar nada novedoso. Bueno, en realidad sí aporta una novedad, pero en ella reside uno de los principales defectos de la película: la protagonización del film por personajes de clase media. Allen ha demostrado sobradamente que es el mejor retratista de las clases altas neoyorquinas, aunque desde “Match point” (parece ser que por imperativos contractuales) trata de hacer lo propio con la sociedad londinense. Y aquí Allen no se mueve con tanta soltura como en su adorada Manhattan. Especialmente desafortunada ha sido la imagen de las clases medias inglesas: su forma de actuar, sus relaciones sociales (un camarero trajeado conduciendo coches de lujo y relacionándose con intelectuales del mundo del teatro) y hasta su forma de hablar son poco verosímiles.
Otro agravio comparativo con anteriores filmes de Allen son las protagonistas femeninas: atrás quedaron las complejas, intelectuales y progresistas musas del neoyorquino (Diane Keaton, Mia Farrow…), suplantadas ahora por neumáticas actrices de moda (Scarlett Johanson, Hayley Atwell). Woody Allen se hace viejo (un viejo verde): prefiere las curvas y el poder de seducción de la mujer a la inteligencia y complejidad del mundo femenino.
Quizá uno de los aciertos de la película resida en los protagonistas masculinos: Ewan McGregor y Collin Farell están a la altura, y eso que ninguno de los dos trata de emular a los personajes neuróticos tradicionalmente reservados al propio Woody Allen.
De todas formas, el balance no es tan negativo como parece. Es una buena película, de lo mejor que ha hecho el neoyorquino últimamente. Tiene muchos aspectos en común con "Match point" y quizá estén a la misma altura. La película no ha recibido buenas críticas, pero existen sonadas excepciones, que ponen de manifiesto la calidad de los trabajos de un director septuagenario.
Más información sobre Cassandra's dream" en La butaca y Blogdecine
La trama de “Promesas del este” gira en torno al negocio de trata de blancas de la mafia rusa en Londres. Una comadrona descubre un caso de violación de una menor y se ve envuelta en los intentos de la mafia rusa por ocultar el caso.
Si salí algo defraudado de “Cassandra’s dream”, no sucedió lo mismo después del visionado de la última de David Cronenberg, todo un ejercicio de soberbio cine negro: el impertérrito chófer –Viggo Mortensen– del jefe mafioso involucrado en problemas motivados por la participación de la desafiante mujer-no-demasiado-fatal –Naomi Watts–. Son estupendas las interpretaciones, la atmósfera lluviosa de Londres (el necesario escenario oscuro para una buena peli de cine negro), los diálogos (secos y duros, sin llegar a ser frases estereotipadas y excesivamente literarias, propias del género), la recreación del mundo de la mafia rusa…
Cabe advertir de que la película contiene escenas muy duras, poco aptas para estómagos sensibles: primeros planos de un cuello degollado, sonoras y cercanas mutilaciones de dedos… Es decir, marcas de la casa de Cronenberg. Quien guste de este director reconocerá su estilo –siempre atento a temas o personalidades enfermizas: “Crash” o “Inseparables”–, pero no echará en falta los excesos de sus primeras etapas como director, cercanas al gore y la serie Z (“Videodrome”, “Cromosoma 3”, “Scanners”, “The Brood”) No he visto la anterior “Una historia de violencia”, también protagonizada por Mortensen, pero dicen que ambas cintas parecen apuntar una consolidación de un clasicismo –duro y sin concesiones– del director canadiense
Más información sonre "Promesas del este" en Pasadizo y Blogdecine y sobre david Cronenberg en Miradas.net
3 comentaris:
Juanra; yo también he visto "Cassandra´s Dream" este finde. Salí del cine pensando: otra vuelta de tuerca a Match Point. Pero han pasado las horas, he madurado la peli y he descubierto más cosas. Allen no defrauda, casi nunca...
También he visto "Las 13 rosas" y "El orfanato"; sin comentarios.
Si te fijas, he dedicado más tiempo a contar lo que no me ha gustado que a confesar lo que sí ha estado bien. Lo he hecho deliberadamente. En realidad cualquier peli de Woody Allen merece la pena, incluso las más flojas, que no es el caso.
Jo també vaig veure el somni de cassandra! Teniu raó, companys, Allen no defrauda. Aquest film em va tenir la mirada fixa a la pantalla els minuts que dura, que no són massa, per cert. Bona interpretació dels actors i un retrat de l'afany humà per posseir sense límits a costa del que siga que fa les esgarrifances del públic entregat com nosaltres en aquest cas. El pont de tots sants he anat a Barcelona, visita ràpida però intensa. Xarrem!
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