El título de esta entrada es un lema de uso común entre los angloparlantes. "Who dares wins", quien se arriesga, gana. Y se gana siempre, porque el hecho de arriesgar es ya un triunfo, al margen de los resultados. Y si encima los resultados acompañan, el éxito es absoluto.
Hoy he visto a Chimo con las hazadas y los rastrillos en el pasillo. A Ángel instalando el lavacabezas junto a las pilas -mientras intentaba dar clase. Hay algo que está cambiando, claro. No estábamos aconstumbrados a ver hasta ahora utensilios y herramientas tan particulares, más allá de los libros de texto, diccionarios, mapas, ordenadores y otros materiales cotidianos. Pero, mola. Es un riesgo. Y nos estimula e ilusiona.
Todo esto viene al caso y está relacionado con la implantación del PCPI, jardinería y peluquería, en el instituto. Ha sido un riesgo. Es una apuesta, de hecho. Se ganará la partida y ya está en marcha.
Claro que, la administración no acompaña, o acompaña poco en este riesgo. El esfuerzo del equipo del centro es notable, pero a veces la burocracia y los trámites dejan un mal sabor de boca. No, esto no es una queja, es una reflexión. ¿Para qué quejarse, si estamos contentos con el proceso a pesar de las dificultades?
Hoy he visto a Chimo con las hazadas y los rastrillos en el pasillo. A Ángel instalando el lavacabezas junto a las pilas -mientras intentaba dar clase. Hay algo que está cambiando, claro. No estábamos aconstumbrados a ver hasta ahora utensilios y herramientas tan particulares, más allá de los libros de texto, diccionarios, mapas, ordenadores y otros materiales cotidianos. Pero, mola. Es un riesgo. Y nos estimula e ilusiona.