divendres, 17 de desembre del 2010

Miguela


La verdad es que llevo un tiempo queriendo escribir el perfil de Miguela, y al final he decidido que de hoy no pasa. Eso sí: debéis saber que diga lo que diga sobre ella, me quedaré corta en todo, tanto en sus innumerables virtudes humanas como en las profesionales.
A veces, cuando me saluda por los pasillos del IES ("Nenaaaaa") me viene a la cabeza el momento en que la conocí: en el primer claustro que hicimos en el edificio nuevo (si no recuerdo mal, al inicio del curso 2005-06) fue ella quien me ofreció un vasito de orxata ("¿Te pongo un poquito?", me dijo, eso no lo olvido) y me comentaba ciertas peculiaridades del funcionamiento del instituto que me resultaron muy útiles para mi posterior integración. Si a nivel humano Miguela es un ser entrañable y extraordinario (y siempre se ha quejado de que echa de menos la relación más intensa y calurosa entre compañeros que se daba en el edificio antiguo, más pequeñito pero también más favorecedor de los vínculos interpersonales que el nuevo), no es menos admirable en el campo profesional: me encanta su paciencia, sabiamente combinada con el rigor imprescindible que requiere nuestro trabajo; Miguela representa esa pedagogía típica de los maestros de toda la vida: los que conocen cada detalle de sus alumnos, los que nunca aparcan su vocación para caer en la rutina de esperar la nómina a fin de mes y disfrutan de la docencia a pesar de los años transcurridos, los que desarrollan curiosas pero efectivas estrategias para controlar el aula (como nombrar extraños "secretarios" entre los alumnos, o hacer que se ganen un lugar de preferencia junto a ella en la ubicación en el aula por su buen comportamiento...) Ahora asume la coordinación del Aula de Convivencia y de Bienvenida. Por supuesto, estará a la altura. Para ir terminando, comentaré que aunque sus aportaciones siempre son interesantes, sabe escuchar y respeta otros puntos de vista, es puntual y es de las compañeras que nunca quisieras perder de vista, porque no sólo no te complican el trabajo: te lo facilitan todo lo que pueden y más. Miguela, te queremos.

2 comentaris:

mábel villaescusa ha dit...

Laura te ha escrito un bonito retrato: rigor, paciencia y sabiduría, no puedo estar más de acuerdo: eres una MAESTRA, con mayúsculas, y me has enseñado muchas cosas. Siempre te digo, Miguela, que eres el “termómetro” con el que medir la temperatura de las aulas de los primeros y segundos que son los más peliagudos y los que te manejas tan bien, porque si tú dices que va bien… ya puedo respirar tranquila y si hay algo que no te convence… entonces, ya sé por donde ir. Tu perspicacia y tu experiencia siempre son de mucha ayuda.
Me alegro mucho de conocerte y tener la oportunidad de trabajar contigo.

Emilio ha dit...

Mano izquierda, saber hacer, conocimiento exacto de la clientela, buena compañera...